funciones de los consumidores

A pesar de los esfuerzos para garantizar la seguridad alimentaria por parte de todos los participantes que intervienen en la cadena alimentaria, desde los granjeros hasta los fabricantes y minoristas, la función de los consumidores es esencial.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado que las enfermedades provocadas por bacterias constituyen la mayor amenaza para la seguridad alimentaria. Las encuestas basadas en la opinión pública ponen de manifiesto que los consumidores se muestran cada vez más conscientes del peligro de la contaminación por microbios. Tal como lo expresa la OMS, "Los brotes de enfermedades originadas por la alimentación se pueden limitar si los manipuladores de alimentos, tanto los profesionales como los domésticos, comprenden la importancia de aplicar correctamente las prácticas de higiene alimentaria. La educación nutricional es uno de los medios más eficaces para reducir el problema."

Prácticas Correctas de Higiene; Normas Básicas

Se deben lavar con frecuencia los platos y los paños de cocina, así como tener siempre las manos limpias, además, las superficies de la cocina deben mantenerse impecables para impedir que se propague la posible contaminación. Obviamente, los insectos, roedores y otros animales nocivos deben mantenerse alejados de los alimentos, así como los animales de compañía, que son una fuente poco conocida aunque frecuente de contaminación de los alimentos en el hogar. Con el propósito de evitar la contaminación por contacto con los alimentos crudos, los alimentos cocinados deben mantenerse separados de los que no lo están, y las superficies y utensilios de preparación deben lavarse antes de cada uso diferente. Se debe tener un cuidado especial al preparar carnes y aves para prevenir la difusión de la salmonera (e-coli) u otras bacterias. Las zonas y superficies de almacenamiento deben mantenerse secas, de modo que los microbios no se beneficien del ambiente húmedo que necesitan para reproducirse.

Otro paso clave para garantizar la seguridad alimentaria es mantener la temperatura correcta mientras los alimentos estén almacenados y en el momento de la preparación. Los alimentos congelados y fríos deben elegirse al final de la compra y hay que guardarlos en el congelador o nevera lo más pronto posible. Los consumidores no deben olvidar que tienen que mantener las neveras y congeladores a la temperatura correcta para que éstos conserven los alimentos de manera apropiada y segura: +50ºC en el caso de las neveras y -180ºC para los congeladores.

Como los microbios necesitan tiempo para que su multiplicación alcance niveles peligrosos, los consumidores deberían respetar la fecha que sugiere "consumir preferentemente antes de" así como la "fecha de caducidad" propiamente dicha. Si en la tienda encuentra productos caducados, informe al encargado. Si la comida envasada caduca antes de la fecha prevista ("consumir preferentemente antes de"), devuélvala al establecimiento comercial.

Los consumidores deben estar alerta al preparar las comidas para impedir que las bacterias se multipliquen. Deben atenerse estrictamente a las instrucciones relativas al tiempo y la temperatura de cocción de los alimentos. Las sobras deben consumirse bien calientes.

Los consumidores, al igual que en el hogar, también pueden desempeñar una función importante para garantizar la seguridad alimentaria en los lugares públicos. Si la comida de un restaurante u otro establecimiento público presenta un olor, aspecto o sabor raros, no debe aceptarse. Si observa que un producto puede encontrarse en mal estado, informe a los minoristas o distribuidores, ya que ellos pueden adoptar medidas para que no se repita en el futuro.

Por otra parte, se debe tener un cuidado extraordinario para garantizar la seguridad alimentaria en el caso de las personas con defensas naturales a los microbios inferiores a la media, como por ejemplo las mujeres embarazadas, los niños pequeños o las personas mayores.